Cada vez que me preguntan cómo voy a pasar San Valentín, lo primero que salta en mi cabeza es mi hermana. Independientemente del plan, de la pareja, de los amigos. Mi hermana es mi prioridad cada 14 de febrero.

Tengo cuatro hermanas, tres mayores y una menor, la más pequeña de todas se llama Valentina. Ella nació un día como hoy, el día del amor y quizá por eso la queremos tanto. No alcanzan las palabras en el mundo para poder decirle lo importante que es nuestras vidas. Es muy curioso cómo me resultó el tener una hermana, un día me presentaron a un ser pequeñito, pequeñito. Tenía los ojos, la boca y las manos diminutas, el cuerpecito lleno de rollos y una sonrisa que voy a querer mantener durante toda mi vida. La vi crecer jugando incansablemente, correr por toda la Plaza de armas y no esbozar un ápice de cansancio. Poco a poco se fue haciendo mi mejor amiga a pesar de todas las diferencias que pudimos tener. Se volvió mi cómplice, mi mano derecha, la otra mitad de mi corazón y de mi hígado.

Mi hermana Valentina es lo más bonito que me han regalado mis padres.

Valentina está estudiando para ser ingeniera. Sé que le mete harto amor a lo que hace, la he visto destrozar libros de la ONEM como si fuesen un sudoku cualquiera, toca el teclado y juega futsal, básquet y ajedrez. Mi hermana es fenomenal, fuera de este mundo, es la persona más valiente que conozco. No estoy muy segura de haber podido conseguir todas las cosas que ella está logrando.

Es muy sensible con lo que sucede a su alrededor, tiene un corazón muy bonito y una cualidad de extroversión que sale a flote sin necesidad de ningún estímulo. Su comida favorita es el pollo al sillao con puré de papas y arroz. Le gusta mucho ir a la playa y ama a Mossa, su perrita. Cuando tenía 15 años su grupo favorito era Fifth Harmony, luego me dijo que le gustaba el género urbano y hasta donde me quedé, se moría por un disco de Camila Cabello.

No es fácil estar lejos de alguien a quien quiero tanto, la necesidad de compartir con mi hermana a veces se vuelve insoportable e inconscientemente, las cosas que haces lentamente confluyen en un solo objetivo: el querer que esté feliz, tranquila y haciendo lo que le gusta. Son más de 10 mil kilómetros entre mi hermana y yo, lo he googleado. No la veo desde hace ya tres de sus cumpleaños, pero nos vamos a encontrar pronto, lo sé, es solo mi alma medio tristona que me hace moquear cada vez que me acuerdo que son 7 horas de diferencia entre ella y yo.

Quizá esto califique como una carta de amor fraternal, quizá como un intento desesperado por sacar lo que siento de manera no verbal. Sea como fuera, Valentina cumple 17 hoy día, 14 de febrero de 2022 y daría todo lo que tengo en mis manos para estar a su lado. Eso no lo puedo quitar.

Feliz cumpleaños, Walli. Te amo, hijita. ♥