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Allá en el 70, cuando se apropiaron de Mariel

Escrito por: Alisson Danae Ramírez Miranda

Publicado: 2021-08-09

“¿Guzmán, cuán pobre fuiste al inicio?” le pregunta Milagros Leiva. Sentado, con la tranquilidad de quien ya conoce lo que la gente quiere escuchar de una persona de éxito, responde. Que trabajó desde los siete años, que envolvía caramelos para no pasar hambre, que llegó a la ciudad minita de oro por “un pariente”, que luego conoció a Banchero Rossi y que se inició en el negocio muy joven cuando compró su primera embarcación.

Ese “pariente”, el tío Juan, a quienes todos conocían como el “siete machos”, lo había mandado a traer desde Huamachuco, y llegó en un camión con toda su familia. En esos tiempos Chimbote dejaba de ser una ciudad de pequeñas parcelas y comenzaba a crecer con la rapidez a la que corría el trencito de Huallanca. Guzmán empezó viviendo en un ranchito que le construyeron sus tíos, ambos patrones de lancha bastante conocidos. Lo recomendaron para que dirija el sindicato de Banchero, y llegó hasta irse a Lima como representante.

Pero todo inicia verdaderamente allá en el 70, cuando la estatización de la pesca en el Perú había fracasado, y el Gobierno de Velasco tuvo que vender sus embarcaciones (bolicheras) a pequeñas empresas formadas por pescadores. La noticia corrió entre los patrones y pequeños trabajadores de la caleta de Chimbote, entre ellos estaba el tío Juan. Él y otros familiares le encargaron a Guzmán Aguirre la compra de la embarcación Cajamarca 8 a Pesca Perú. Todos en la familia eran analfabetos, al menos él sabía leer, además el muchacho era vivo, rápidamente inició el contacto con los demás socios.

Quién le habrá hablado del abuelo, me dice mi padre, pero se presentó en nuestra casita recién instalada en un barrio construido para pescadores, también por el gobierno del general. Llevaba un libro enorme entre los brazos, de esos que parece le pertenecen a Dios. Fue recibido por toda la familia, se sentó en la salita y sin tanto misterio comenzó. De su boca solo salían flores, flores que convencieron la firma del abuelo.

Luego de tantas visitas y convencimientos, finalmente catorce pescadores deciden invertir en el Cajamarca 8. Guzmán Aguirre fue el encargado de administrar la embarcación, pero en noviembre de 1977, todos los socios deciden revocarlo del cargo: “Pretendiendo que le firmaremos una constancia que lo acreditara como absoluto propietario de la embarcación de que somos copropietarios, y al no acceder, ayer a las cuatro pasado meridiano, nos hizo pasar como borrachos y alcohólicos, y con un marinero nos hizo detener y llevar a la Capitanía, en momentos que estábamos preparando la lancha para salir a la pesca, y en esa forma aprovechó para hacer que la lancha saliera a la pesca con otro patrón y otros tripulantes” dice Juan Aguirre en una carta notarial. Pero las amenazas se volvieron más fuertes y con la potestad que en su momento le otorgaron (y que ya había ido revocada), funda la Pesquera Mariel, que se sentó en una oficina en la esquina de un barrio de Las Flores. Documentos más tarde, Guzmán sería el dueño de 1859 participaciones y el dueño absoluto de Mariel.

Juan se jubila alrededor de los años 90, cuando su sobrino ya era reconocido como empresario exitoso en Chimbote y se había iniciado en la política en el 96 al fundar el Movimiento Río Santa Caudaloso, uno de los partidos más recordados hasta el momento, tal vez deberíamos preguntarnos por qué, lo único que yo recuerdo es la voz de la Pastorita Huaracina que ocupaba todo Chimbote en tiempos de campaña. De todas formas, las cosas pasaron muy rápido.

Había presentado muchos reclamos, cartas, solicitudes de contacto, pero nada, su sobrino no había desaparecido de Chimbote, pero ya ni se escuchaba de él más que en mítines. Finalmente, Guzmán lo citó afuera de su empresa, donde su hermano lo recibió “con una amenaza de muerte que los familiares tuvieron el cuidado de grabar” dice en una edición del 15 de marzo del 2000 en el Diario de Chimbote, meses antes de que Guzmán se convierta en Congresista de la República.

Mariel se fusionó con la Pesquera Santamaría en el 98, y se creó Hamer, el Cajamarca 8 tomó el nombre de Región Chavín, y la fórmula finalmente estaba completa. Mariel había desaparecido y todo se hizo más confuso. Nadie escuchaba al señor Juan porque no había oportunidades frente a un hombre como su sobrino, y así sus intentos de recuperar su embarcación se fueron adormeciendo.

Como si fuera un síntoma de sus últimos días en política, y una señal de que no podía alargar más su periodo en la alcaldía, dejó el cargo en el 2007 por problemas de salud, su regidora llamada Victoria Espinoza tomó su lugar, la Vicky que vino a mi barrio a inaugurar una pequeña losa con Dina Paucar, la Vicky que construyó más losas en Chimbote, todas de color guinda y amarillo, la Vicky que hoy sigue siendo buscada en Huarmey y Trujillo, y que siempre casi casi dan con su paradero.

“Cuando fue elegido alcalde de Chimbote, particularmente, no sentí nada, aunque sí un poco de incomodidad, el señor optaba por regalar dinero a la gente más pobre, pero a su familia que estaba en peores condiciones no le dio ni un sol, ni cuando fue congresista”.

Se retiró de la pesca cuando vendió Hamer a el Grupo Romero en el 2009, con Dionisio Romero Paoletti como parte del nuevo directorio de la empresa, y dejó la pesca para dedicarse al sector construcción. Resulta que se fue a Cuzco y construyó el “Sheraton”, un hotel que luego fue demolido porque dañaba un Patrimonio cultural de la humanidad.

Ahora está grave, dice la gente, enfermo, me cuenta su sobrino, aun así, parece que nunca se hizo justicia, señorita, tanto le dimos como familia y tan poco nos queda hoy, al menos a él la vida le sonrió por un momento.


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